Muere el opositor ruso encarcelado Alexéi Navalni
El líder de la oposición rusa encarcelado, Alexéi Navalni, ha muerto, según ha informado este viernes el servicio penitenciario de la región de Yamalo-Nenets, donde cumplía su condena desde diciembre. Estaba considerado uno de los principales símbolos de la disidencia al presidente Vladimir Putin y encadenaba varias causas judiciales.
«Se le practicaron los necesarios procedimientos de reanimación, que no dieron ningún resultado. Los médicos de urgencias constataron la muerte del condenado. Se están estableciendo las causas del fallecimiento», señala el comunicado oficial sobre el deceso de Navalni, de 47 años. Poco más se sabe de las circunstancias de su muerte, sólo que «se sintió mal después de una caminata» pero el entorno siempre ha venido denunciando el régimen de opresión que sufría Navalni dentro de la cárcel y que le podía costar la vida.
El Kremlin dice no tener información sobre las causas de su muerte. El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, ha señalado minutos después de conocerse la noticia que «los médicos tienen que aclararlo». Ha indicado que el Servicio Penitenciario ruso se encarga ahora de llevar a cabo las comprobaciones necesarias en estos casos, y que no hay por qué requerir «instrucciones adicionales» al existir «un conjunto de reglas» por las que se guían.
La madre de Navalni, Lyudmila Navalnaya, ha contado al periódico ruso Novaya Gazeta que le vio el lunes pasado y estaba «vivo, sano y feliz». En su Facebook ha dejado claro que no quiere escuchar «ningún pésame».
En el Ártico desde diciembre
El pasado mes de diciembre estuvo unos días en paradero desconocido después de pedir desde la cárcel votar contra Putin en las elecciones del 17 de marzo de 2024. Las autoridades rusas dijeron que había sido trasladado a otra prisión, pero no concretaban a cuál. Finalmente se supo que había sido conducido a la prisión de Jarp, en el distrito autónomo de Yamalia-Nenetsia, uno de los puntos más al norte del territorio de Rusia.
Navalni estaba cumpliendo una condena de 30 años de cárcel. Países como Estados Unidos han pedido en reiteradas ocasiones su liberación «de forma inmediata» porque consideraban que «nunca debería haber sido encarcelado». La Unión Europea también exigió su liberación en el segundo aniversario de su envenenamiento.
En agosto de 2020, Navalni fue envenenado «con algo mezclado con el té» que resultó ser novichok, un arma química supuestamente desarrolladas en la extinta Unión Soviética entre los años 60 y 90. Estuvo en coma inducido en una clínica de Berlín, pero, tras su recuperación, fue detenido al aterrizar en Moscú y desde entonces ha estado en prisión, donde llegó a estar 23 días en huelga de hambre.